Desde hace mucho tiempo científicos y expertos en la materia han concluido que los microorganismos se desactivan por medio de la luz UV como resultado del daño a los ácidos nucleicos. El ADN y el ARN celular absorben la energía alta asociada con la energía UV de longitud de onda corta, principalmente a 254 nm. Esta absorción de energía UV forma nuevos enlaces entre nucleótidos adyacentes creando dobles enlaces o dímeros.
La dimerización de las moléculas adyacentes, especialmente de las timinas, constituye el daño fotoquímico más frecuente. La formación de numerosos dímeros de timina en el ADN de bacterias y virus impide la replicación y la capacidad de infectar.
El Profesor Paul Tambyah, experto en enfermedades infecciosas de la Universidad Nacional de Singapur dice “Los rayos UV son muy utilizados en los hospitales para desinfectar las habitaciones de los pacientes después de su salida”, explica. “Esto permite matar a los patógenos resistentes a los antimicrobianos, la tuberculosis y otros agentes infecciosos”.
Cabe recordar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte y no recomienda el uso de luz ultravioleta para desinfectar las manos u otras áreas de la piel; porque puede causar quemaduras en la piel y lesiones oculares. Hacemos la salvedad que UV-OUT maneja potencias germicidas, pero no es apto para ser usado sobre la piel ni los ojos.